miércoles, 15 de agosto de 2007

Los tuaregs (un documental de la tele)

Los tuaregs eran un pueblo nómada y hoy agricultor. Entre sus empresas está la de cruzar el desierto del Sahara, en busca de sal que venden en mercados y que les supone unos ingresos añadidos. El pueblo se prepara para la marcha , seis meses dura el viaje, cinco días hasta llegar a la ciudad de la sal, cinco días donde los camellos no beben hasta llegar al primer pozo escavado en la tierra y donde se puede ver piedras y dibujos asombrosos que nos enseñan como era el desierto hace tiempo , animales y praderas, eso es lo que hay dibujado en las piedras del desierto , lo que nos indica las sabanas inmensas que existían en esa tierra donde hace tiempo los animales corrían y que hoy solo es arena.
La capa de ozono o el calentamiento o lo que sea, hace que los polos se deshielen poco a poco, que en la amazonia los ríos bajen con tan poco nivel que arrastran peces muertos, y que el desierto se extienda cada año unos pocos centímetros más.
La travesía es dura, 60 grados en el corazón del Sahara, los tuaregs se orientan por las estrellas, unas se apagan y otras se encienden siguiendo una ruta casi mágica, pero si hace viento y no se puede ver el cielo la desorientación es total. Es un pueblo religioso, aprenden el Corán y rezan. La oración es una terapia para cualquier tristeza, aunque es fácil imaginar, entre el cielo estrellado, el sol y la luna, el desierto y las dunas, toda esa explosión de belleza que el hombre se integre como una animal mas, dentro de lo que le rodea, sus fuerzas siguen siendo el ánimo para seguir adelante. Las mujeres quedan al cargo de la casa los animales, los niños y todos los problemas que se presenten, pero lo importante son ellos, y rezan para que todo vaya bien y vuelvan sanos y salvos, mientras tanto algunos niños nacerán, algunos viejos morirán y el día a día de buscar agua y cuidar a los animales se hará, sin mas.
-El agua- decía una mujer mayor-El agua es vida, antes había agua, los camellos estaban gordos y todo el mundo tenía para comer.
Ahora llegan camiones a la ciudad de la sal. Camiones que no necesitan descansar como los camellos, que llevan100 veces mas sal, y que llegan a los mercados en la mitad de tiempo. Un niño de 10 años viaja con ellos, al cabo de seis meses regresaría y les contaría a sus amigos como era el desierto. Toda la tribu celebraría su experiencia, conscientes de que ese viaje formaba parte de su aprendizaje de vida, que sería su sustento y el de su familia. Mientras contaba sus historias, jugaba con un volante de camión, ¡qué bueno sería comprar un camión!