miércoles, 15 de agosto de 2007

El sufridor

Sufrir se había convertido en su empresa, el recurso para que los demás estuviesen pendientes de él.
Siempre había un problema salvador que le hacia evadirse del presente , algo que siempre entendía y calculaba, y que por ultimo terminaba entorpeciendo el camino, la amistad, el trabajo, la ilusión o lo que fuera, las desgracias ajenas le estimulaban y las agradecía como descanso de si mismo.
Comprendió que la felicidad dependía de su cantidad de sufrimiento y sufría mejor que nadie, vaya si sufría, reinventaba el problema cuando no existía formando parte de toda una estrategia fortalecida por el tiempo.
Beneficios tenía, el amor y comprensión de los demás estaban casi asegurados, sufriendo era mas entendido, valorado y por supuesto más querido, así que fortaleció al máximo su formula personal para justificar aquella vida vacía .El autoengaño se convirtió en su mejor aliado y sufrir suponía ante todo no responsabilizarse de decisiones incómodas.
Así era Mario Montiel, necesitaba sufrir.