viernes, 2 de febrero de 2007

A Juanjo

Si yo fuera vinca
Sería perenne, con tallos alargados
de fácil arraigo
Me protegerían miles de hojas verdes
Que sostendrían la confianza en los míos,
Mis flores nacerían solitarias
Con el cáliz dividido en un mar de colores violáceos
Convirtiéndose en un pequeño molino de viento
Que darían aire a mi vida
Siempre el aire.

Si él fuera romero
Sería verde todo el año
Perdería sus esquinas al envejecer
Y seguiría dando flores violáceas
Con aromas de paraíso.
Aunque de sabor amargo
Su esencia curaría todos los cuerpos fatigados
Y su espíritu
Impregnaría todas las mentes doloridas
Con el poder del que sabe querer.