Son las cinco de la mañana
Son las cinco de la mañana
de un 19 de junio
mi madre cumpliría hoy años.
La llamaría por teléfono
contestaría alegre y sonriente
con la seguridad de su juventud eterna
y la constancia de las madres y las hijas
para los eventos.
Comeríamos todos juntos
con esa forma peculiar de esconder los cariños,
un beso, ¿qué tal los crios?
unas croquetas inigualables y
llamarían sus amigas.
Hablaríamos de Jomezana
alguien sin avisar moriría o se casaría o se enfadaría.
Me miro en el espejo
ahora que ya no está
y observo mi cuerpo ,
las manchas de mis brazos,
is pequeños y grandes lunares
los dedos de mis pies
la forma de mis piernas.
Me pruebo su ropa y
veo su cuerpo
me miro en el espejo y la veo.