Milosevic somos nosotros, quién no se asoma a una puerta cuando oye gritos, quien hace posible que existan Milosevic soy yo. El niño palestino al que hoy disparó el soldado israelí mañana será el que con una carga explosiva matará a 20 personas en un autobús. El cristianismo nos dio una excusa excelente. La del bien y el mal, los buenos y los malos, pecadores y santos….
Una falacia , porque la pasividad, la complicidad del silencio también es un crimen. Aquí vivimos instalados en la buena conciencia del “yo no he hecho nada” la puta buena conciencia de la gente bondadosa. A veces las buenas gentes son más culpables que los carniceros del honor que sostienen los cuchillos.
Entrevista a Pérez Reverte
La casa de las babayagas
