martes, 1 de abril de 2008

Otra vida

A veces uno quiere vivir otra vida
sentir el cuerpo más sano
y gozar de un trabajo útil
o de una inutilidad creativa.
Y volver a casa con los suyos
enamorados de su trabajo y de sus vidas
sin palpitaciones
con la maleta llena de paciencia y
sonrisas.
Jugar al parchís
y reírse un poco cada día
sintiendo el amor de la luna y los guardias de tráfico.
Y bucear una hora en la melancolía
transformando las palabras en templos
que atravesaran el alma
y que cada día apareciera algo que
lo volviera hermoso
y que el arte no se secara nunca.