Abril invita a ver la naturaleza
a verlo todo con nuevos ojos.
Todo este mundo que no se cansa de nacer
crecer, reproducirse , morir y volver a nacer
brindándole a la vida nuevos días en distintas formas,
con distintos cuerpos.
Miro atenta la pequeña planta que se hace
un hueco imposible en mitad de dos hierbas enanas
y estupefacta el nido perfecto construido al lado del cable de la luz,
los pequeños huevos de una madre cantarina que va y viene
defendiendo la vida hasta la extenuación.
La casa de las babayagas
