sábado, 1 de noviembre de 2008

Liquidación

Lo he vendido todo
La gente subía cuatro pisos
llamaban al piso dos veces sin aliento
y me pagaban en la planta baja porque había vendido ya la mesa.
Mientras lo vendía todo
cinco calles más allá expropiaron pronombres posesivos
y serraron sus sombras a hombrecitos inofensivos las privadas.

Lo he vendido todo

A mi armario lo eche de casa
Dejé al descubierto mis camas
Y me eché al lado feliz.
Al final, lo había vendido todo.
Las camisas sin cuello ni esperanza
Los pantalones que sabían demasiado
Y a una costilla cruda y muy joven le regalé mi sartén
También la sal que me quedaba.

Günter Grass