jueves, 6 de marzo de 2008

Gamoneda en Oviedo

6 -3-2008
Me gusta Antonio Gamoneda, aunque su voz a ratos se me hizo como un camión de bombonas de gas butano desperdigadas por la torna.
En este Oviedo del alma donde todo el mundo tiene que meterse con alguien, los amigos de Ángel González insultaron a Gamoneda públicamente por decir que el poeta era utilizado; Almudena Grandes, su marido poeta, Sabina, García Martín, le lanzaron todo tipo de dardos en los periódicos y el dolor se hizo palabra en su voz, repitiendo más de una vez los insultos recibidos .Y todo por decir lo que el mismo Ángel González decía de sí mismo, que sufría de soledad y que apenas escribía.
Son dos poetas asturianos muy diferentes que nunca sufrieron de nacionalismos, si Ángel González se codeaba con los poetas reconocidos en una vida nocturna y alcohólica ,Gamoneda un hombre lánguido y provinciano de espíritu obrero y sin demasiados amigos burgueses tenía vida de armario,un armario que le sirvió para reconstruir su pasado , que abría después de morir su madre para seguir oliéndola . A pesar de tener las cejas más grandes y los ojos más pequeños del mundo tiene una mirada casi mística, cree en los misterios del no saber, de crear mientras hablas, en las palabras que te susurran al oído y te organizan el mundo aunque no quieras . Este hombre de casi 80 años bien llevados, habló con frases perdidas del Sol al Do parándose de vez en cuando en un YYYY que te despertaba.
Habló de la relación de la lengua y el pensamiento , de la soledad, el silencio y un folio en blanco, la subjetividad objetiva , lo que sabemos sin saber, la creación , la poesía como “sufrimiento placentero” cómo un avance hacia la muerte, del fondo y la música y sobre todo de San Juan de la Cruz , Garcilaso y Valle Inclán , del buen vivir de Gil de Biedma y de que la poesía no cambia nada, sólo es memoria y olvido.
Cuando llevábamos más de dos horas incómodos en los bancos de madera, con la atmósfera cargada, bufidos y teléfonos móviles sonando, anunció el final de la clase. Pidió permiso para recitar un poema y se me despertaron las dos piernas a la vez .El poema se titula “Ha de llover”



Ha de llover sobre esta piedra enferma
Donde, en la noche, cunde un resplandor
Procedente de astros invisibles.

Ha de llover. Tiene que llover con dulzura
Sobre los suicidas del amanecer.

Ha de llover

En la superficie cristianizada por la industria. Ha de llover
Hasta que aúllen las alondras y
Bajo las catenarias, en Vega Magaz,
Los ferroviarios se desnuden
Y detengan la máquina que llora.

(fragmento)