Cuando el cuello me descoloca
y conducir se convierte en un suplicio
voy al médico y se me vasodilata el endotelio
en la sala de espera.
Luego me acostumbro poco a poco a
otro cuerpo, otros hábitos, otra Andromeda,
compro una tarrina de arroz con leche muy buena
que venden debajo de mi casa
y la vida sigue igual.