domingo, 9 de agosto de 2009

Teodoro Obiang

09.08.2009 - ROSA REGÁS ESCRITORA

EN octubre la editorial 'El Andén' publicará un libro cuyo título es 'Guinea' y que tiene como escenario ese país africano, ahora bajo el yugo de la familia Obiang Nguema, que con el apoyo de las grandes potencias lo ha convertido en un país de esclavos, uno de los más subdesarrollados y corruptos del mundo. Ocupa el puesto 121 en el índice de desarrollo humano de la ONU y su población vive con menos de 20 euros al mes.
Y sin embargo Guinea Ecuatorial produce 400.000 barriles de petróleo al día, exporta 1.000.000 metros cúbicos de madera tropical al año, y su elite gobernante posee el 98% de la renta nacional.
Su actual presidente, Teodoro Obiang Nguema, que lleva 29 años en el poder al que accedió asesinando al antiguo presidente, es uno de los hombres más ricos del mundo en uno de los países donde la gente, con una esperanza de vida no superior a los 40 años, vive en la miseria más absoluta y, lo que es peor, aterrorizada por el poder. El presidente es dueño de todos los recursos del país, de tal modo que los beneficios de explotación de las reservas petrolíferas procedentes de petroleras norteamericanas o chinas, entre otras, se ingresan directamente en sus cuentas privadas. Ha puesto a su nombre o al de algún familiar más de la mitad de los terrenos edificables sin pagar nada por ello, se ha adueñado de salarios que en parte van a parar a sus arcas, se ha quedado con negocios de los guineanos no afines al Gobierno y ha despojado impunemente a sus empobrecidos compatriotas de cualquier bien que posean por el simple placer de hacerlo.
Teodoro Obiang y sus acólitos no sólo son ladrones sino responsables de detenciones arbitrarias, encarcelamientos injustificados, torturas y asesinatos. Se calcula que desde que está en el poder ha asesinado al 10% de la población, y según Amnistía Internacional los detenidos por la policía de Obiang y el ejército son torturados con mutilaciones, rotura de huesos, descargas eléctricas en los genitales o violación de las detenidas, a las que sistemáticamente se les clavan tenedores en la vagina. En 2003, la radio estatal anunció al país que el presidente está en contacto constante con la divinidad y que puede matar a cualquiera sin pedir cuentas a nadie y sin ir al infierno, porque él es Dios mismo. A ese hombre es a quien el ministro Moratinos rindió honores hace unas semanas.
Vergüenza.

El Comercio Digital