Da la sensación de huida,
de piedras eclesiásticas cinematográficas ,
de saldo y chaqueta por los hombros .
Los turistas miran edificios y callejean con paraguas,
hasta los perros están de vacaciones.
Hay algo hermoso en este círculo que se repite.
"El verano de Oviedo y el invierno de Andalucía es perfecto" decía alguien en el periódico de ayer.