Oviedo es pequeño y si doy una vuelta es fácil encontrarme con gente conocida. En la fotocopiadora coincidí con la hermana de unos amigos, una mujer moderna, agradable y dicharachera.
- ¿Qué tal? ¿cuánto tiempo?
- ¿Qué tal los críos? Si los veo no los conozco.
- Seguro que no, ya son muy mayores.
- Dale recuerdos a Nicolás.
- Claro.
En aquel momento la empleada de la fotocopiadora le entrega los carteles. Unas sombras que de lejos se veían rojas.
-Bueno... marcho, mañana tengo manifestación.
Con esto de la crisis cualquier manifestación me suena a reivindicación sindical.
-Mira las fotos, mira las maninas, mira como los matan- era una manifestación contra el aborto con fotos de un feto destrozado a todo color.
Pensé en este tipo de mujeres modernas, preparadas y felices con sus hijos , su casa de cuatro habitaciones sofá y trastero que antes rezaban en la iglesia pidiendo por las pecadoras y ahora acarrean pancartas con fotos llenas de sangre para convencerse de su humanidad navideña.
-Feliz 2009.
- Igualmente.