Hay un olor a 53 primaveras
en ese mar de poniente que nos acompaña cada tarde en el mismo sitio.
Algunas rutinas de fin de mes que no cambian
esperando el sol de marzo y el “captatrús” de julio.
Los manzanos y las prímulas se reinventan
cumpliendo años con nosotros
-si los tacones de la vecina nos deja-
resistiendo el duro invierno
dibujando músicas y dráculas golosos en este Gijón del alma.
Llueve y …
“Pasa la vida y yo camino diferente, donde me quieras lleeevaaar…”
Feliz cumpleaños
La casa de las babayagas
