martes, 11 de septiembre de 2007

La primera cosecha


En el otoño cierran las heladerías, abren las castañerías y nosotros recogimos la primera cosecha.
En el 2001 plantamos cien manzanos de sidra que este año dieron manzanas hermosas por primera vez.
Se cuenta que en Azerbaiyán hay una tradición para celebrar los matrimonios que consiste en plantar cien manzanos. No estaría nada mal que en vez de tirar arroz y hacer listas de bodas, los invitados vinieran a celebrar la unión con mono y fesoria, regalasen a la pareja una tierra y la celebración consistiera en plantar los cien frutales como símbolo de fraternidad. Si vienen mal dadas siempre les quedarían las manzanas y si la vida de la nueva pareja fuera tranquila y tuviese a bien repartir los frutos, recibir unos kilos de manzanas o unas botellas de sidra hecha en casa, significaría que aquella unión dio sus frutos.
Esta vida es una sorpresa continua. En un momento no sabes donde está ubicado Azerbaiyán en el mapa, ni siquiera estaba segura si era un país, y al recordar la costumbre de los manzanos ya me resulta un pueblo familiar. Por esas coincidencias de la vida estamos hermanados con los azerbayanos.
También es verdad que la manzana fue la perdición de Adán y Eva, inventándose con ello la culpa y el pecado, pero quien se podía imaginar que una manzana nos despojase del paraíso. Sólo se le ocurre a Dios prohibir un fruto como la manzana.