martes, 30 de enero de 2007

dedicatoria

A LAS BABAYAGAS DE MONTREUIL

A esas queridas y viejas babayagas

dispuestas siempre a comenzar,

a esas brujas fuertes como el huracán

que inventan apuestas riéndose de si mismas.

A esas mujeres capaces de cuidarse y de cuidar

de oxigenar el espacio,

de volver a empezar

huyendo de los infantilismos como de la peste.

A esas queridas y viejas babayagas

de todos los mayos

orgullosas de sus desastres y sus vidas.

Por su inteligencia, su tozudez

y su humor.

Por su apuesta.

A mis queridas babayagas de 70 años

que sin ver las conozco

y sin estar las siento.