¡Ah! linda Estepa donde un día brotó
la dulce harina convertida en manto de canela .
¡Ah! placer de llenarse la boca con la seca,
de empapizarse una consigo misma
entre dulce sevillano y andaluz.
¡Oh! árida estepa que en tu frialdad
bendices los paladares navideños
envueltos en discreto encanto de plebeyos y nobles.
¡Oh! bioma, desierto tórrido, llanura pampeana
que en tu hacer milagroso
conviertes el polvo en polvorón.
Yo te bendigo.