El beneficio y peligro de la ignorancia es no llegar a conocer . Pero si un día te sorprende el gusanillo de la curiosidad, compras un gorro de baño, sacudes el bañador, cruzas una puerta, te das a la aventura del agua marina abandonando el cuerpo al sentido del tacto y entras en un centro de talasoterapia , la suerte está echada .
Si una vez allí, colocas el cuello en un chorro y los dedos del pie en otro , te tiras a la bartola en una piscina de colorines con música vibracional y sucumbes a la burbuja gigante que te sostiene la barriga en un alto absorbiendo sabe dios, cuantos minerales desconocidos y benefactores. Si a las tres horas sales arrugada , pálida - virginal y lees en algún folleto que Hipócrates y las egipcias ya curaban así sus reumatismos crónicos, procesos asmáticos y menopáusicos. Si mientras visualizas el sofá de tu casa, caminas sonámbula por una calle cualquiera perdiendo neuronas felizmente entre endorfina y endorfina .
Entonces compañera,estás perdida.