"Un profesor trató de impedir que un alumno usara la calculadora. La respuesta del alumno fue la siguiente: si me demuestras que eres capaz de hacer fuego con dos palos, apagaré la calculadora. Elocuente.
Si miramos hacia el futuro, la Generación X (juegos), la Generación Net (Internet) y la Generación Pulgar (SMS, mando a distancia) están acostumbradas a ser protagonistas activos de sus propias historias. El aprendizaje lineal tiene problemas con cerebros que han crecido en el hipertexto, en la no secuencialidad, en el PC y los juegos y en surfear en Internet. Escuchar es complicado y muchas veces aburrido. Por esa razón a los niños no les agrada el colegio, no por difícil sino porque se aburren. Cuando escuchas, es fácil distraerse, el cerebro vuela y uno se pone a pensar en otras cosas que le interesan o le preocupan. Y escuchar también es más cómodo, requiere mucho menos esfuerzo. Sin embargo, hacer es divertido. Cuando haces te involucras, lo que estás haciendo te pertenece, es algo tuyo. Cuando haces, tienes los 5 sentidos en ello, no te distraes ni te desconectas tan fácilmente. Pero al mismo tiempo hay que vencer la pereza, hay que esforzarse, hay que trabajar, nadie puede aprender por nosotros como nadie puede comer o dormir por nosotros. Es un fenómeno personal e intransferible.
Vivimos en un mundo que opera a una velocidad endiablada, cada vez deja menos tiempo para reflexionar y para el pensamiento crítico. Esto ocurre así, lo queramos o no y por tanto debemos hacer un esfuerzo especial para que la reflexión forme parte del aprendizaje.
El ordenador es un “doing device”, un aparato para hacer cosas y no para pasar páginas ni para escuchar pasivamente. Para eso ya está la televisión que además te trata de dominar, te emite, te arremete, te deniega el control, apenas es interactiva y casi te “obliga” a cambiar de canal cada 10 segundos. La televisión emite lo que ella quiere que veas, no lo que tú quieres ver, es manipuladora y como defensa nació el zapping. Ante un ordenador es casi imposible dormirse, permanecer pasivos, es más difícil aburrirse. Incluso la postura en el asiento es diferente, es impensable usar un ordenador tumbado en un sofá. El PC nos invita a actuar, a hacer y tenemos el poder de elegir el camino que nos interesa, podemos decidir. Ahora bien, pulsar iconos no es sinónimo de Interactivo. La interactividad no está en el click sino en el think.
Hay una estadística que señala que en los próximos diez años, el 80% de las tecnologías utilizadas hoy en día serán obsoletas y que en promedio, un ciudadano medio de nuestra generación se desempeñará en al menos 12 trabajos diferentes a lo largo de su vida.
Hace no mucho tiempo, era habitual que un joven aprendiese una serie de habilidades que con seguridad le servirían para desempeñarse durante toda su vida. Las cosas han cambiado mucho. Necesitamos un enfoque diferente para preparar a los jóvenes actuales para un mundo donde la mayoría de los profesionales realizan trabajos que ni siquiera existían cuando nacieron.
Vivimos en un mundo en continua transformación donde los “supervivientes” son los más capaces de adaptarse, es decir, los que aprenden a cambiar. El conocimiento lleva fecha de caducidad y hay que renovarlo constantemente. La tecnología hace ya tiempo que juega un papel preponderante y, en el futuro, su presencia y relevancia sólo va a aumentar.
Hubo una época donde la misión de la escuela era básicamente proveer formación en lo que los anglosajones denominan las 3 R (read, write, artithmetic). Hoy ya no le podemos pedir a la escuela que enseñe a memorizar y recordar sino a encontrar, usar y aplicar información, pensar críticamente, razonar, decidir y en definitiva innovar. El entorno ha cambiado. La escuela tiene que preparar gente adecuada para este nuevo entorno. Antes existía una carestía de información y quien disponía de ella tenía una ventaja incomparable. Hoy la información es excesiva, abundante, de rápida caducidad, nos abruma, ya no es una ventaja. Ahora la falta de conocimiento viene más por la sobredosis de información que por su ausencia. Antes importaba recopilar el máximo de información, hoy importa procesarla adecuadamente. Antes una carrera universitaria significaba trabajo para toda la vida. Hoy sabemos que el aprendizaje tiene que ser permanente. Antes había una edad para estudiar y otra para trabajar. Ahora sabemos que no dejaremos de estudiar durante toda nuestra vida".
e-learning y los 7 pecados capitales
Javier Martinez Aldanondo