Necesitamos más educación que nos hace libres, que nos convierte en personas, que nos invita a pensar, que consiste en atreverse, en perder el miedo a los que no meten miedo ante la libertad. Educación para saber elegir, para poder razonar, para decir en vez de callar, para preguntarse, para plantear dudas y afirmar convicciones, para hablar y saber escuchar, para reflexionar más allá del mensaje elemental. Educación para que prenda un pensamiento renovado, para resquebrajar creencias con apariencia de incuestionables, para buscar soluciones a problemas que parecen habernos conducido a callejones sin salida, para pensar con originalidad, con libertad, con energía creadora, para mirar más allá del cerco de lo consabido y contemplar la realidad desde perspectivas inéditas y universalizadoras. Por eso necesitamos más educación.
La utopía que es posible se llama educación. La desigualdad más fundamental que nos acecha es la del conocimiento, la de la educación. La igualdad más preciada que se nos ofrece se llama igualdad de oportunidades y lleva el apellido de educación. El cemento que puede unirnos en la diversidad es el de la educación.
JUAN A. VÁZQUEZ