martes, 17 de mayo de 2011

Reflexión espiritual 209.Acróstico

Miraba la puerta cerrada a cal y canto
Apenas se oía nada, si no fuera aquellas campanadas de un
Reloj viejo y descompensado
Iniciando como todos los mediodías una huida
A espacios y lugares.
Teníamos tiempo para casi todo
Entre paredes viejas y humeantes entre
Rugidos de cometas abrasadores y
Estrellas fugaces que no saludaban
Sentíamos el fuego, el
Amor de una noche caldeada.