domingo, 9 de mayo de 2010

Poesía de Fernando Conde.7










El mar no existía
lo olvidamos cómo quien olvida la lluvia o la noche
aunque apareciese puntualmente en todas las estanterías de la casa
con sus peñas,
su movimiento eterno
ese vaivén inmóvil de la habitación pequeña,
esa bocanada de libertad.