martes, 10 de enero de 2012

Reflexión espiritual 264 . Deportes

No había nadie que marcase goles como aquel pequeño  y feo delantero
tenía  un don especial, no dejaba una pelota atrás, no daba nada por perdido
cuando se le acercaban  tres armarios con malas intenciones regateaba,
serpenteaba dando pases  de maestro. 
Decían que tenía que ver con su punto de gravedad más cercano  a  la  tierra  que al cielo.
Le pisan la mano .El deporte y la vida.