Filanderes, texedores, xastres, camiseres, pantaloneres, bordadores, plisadores, planchadores, modistes, guardabarreres, milicianes, cerilleres, cacharreres, güeveres, verduleres, pasteleres, carteres, barqueres, pandereteres, cocineres, comadrones, entendíes, curanderes, ablaneres, aguadores, llavanderes, castañares, churreres, barquilleres, carriadores, areneres, cigarreres, criaes…
Mineres, albañiles, carniceres, pescaderes, comadrones, chigreres, estanqueres, dependientes, cobradores, telefonistes, cocineres, tasistes, chacineres, médiques, peluqueres, mayestres y madres.
Escribe Marcos Ana…
Hoy estuve en la manifestación del 8 de marzo, con motivo de la Jornada Internacional de la mujer trabajadora. Cuando estoy en Madrid acudo siempre a esta cita. La manifestación de hoy ha resultado espléndida, por su continente y por su contenido. Un río humano, desbordado, multicolor y festivo, lleno de pancartas y canciones, de juventud, con la alegría de la lucha por todo lo que las mujeres aún tienen que reivindicar.
(Y no pude evitar, perdonadme este paréntesis, el recuerdo de nuestras madres, esposas o novias, las mujeres de los presos políticos, a las que debemos tanto, que en otros tiempos oscuros y en otra lucha (que es la misma lucha) vivieron años y años pegadas como enredaderas humanas a los muros de nuestras prisiones)
Antes yo tenía la costumbre, cada el 8 de marzo, de presentarme muy temprano en la sede del Comité Central con un mazo de claveles rojos y los iba repartiendo a todas las compañeras que trabajaban en la sede. Y nunca olvidaba, mientras vivió, ofrecer una rosa muy especial a Dolores, nuestra inolvidable Pasionaria, pues su despacho estaba muy cerca del mío…
Ahora mi vida está tan llena de compromisos que no tengo tiempo ni de comprar flores. Pero ha sido una suerte estar hoy en Madrid para vivir la jornada apasionante de esta mañana de sol y de esperanza.
¡Felicidades, compañeras! ¡Vuestra lucha es nuestro orgullo!
Un fuerte abrazo con los colores más vivos del futuro, un futuro que nos pertenece y por el que seguiremos luchando.
Marcos Ana