Soñé que nadaba como las sirenas y atravesaba el musel de lado a lado saludando a los barqueros.
Soñé que el perro se convertía en longaniza
Soñé que los muertos estaban vivos y los vivos muertos
Soñé que desembarcábamos en un planeta egipcio con sus templos y sus aromas
No soñé que soñaba
Todo era real.