Ámame ahora que tengo los cabellos blancos
y el perfume de los años me sofoca.
Ámame ahora que se me olvidan las cosas y
sonrió cuando antes me enfadaba
que escribo cuando antes me activaba
en un tiempo que parecía hecho para durar.
Ámame ahora que tengo los ojos cansados
y la serenidad todavía no me acompaña.
Ámame ahora cuando casi todo se desliza por el cuello y los hombros.
Ámame de todas formas.