Teresa la gansteresa entró en la sidrería ,a lo lejos la lluvia , a su lado cuatro banquetas dos tonadas y una pipa gigante .Nadie cuidaba aquel santuario, la metralleta encima de la mesa descompensaba los espacios,alquien en la barra pidió un pincho de tortilla y una empanada "fuiste al Carmín de la Pola" comenzaba de soslayo,la metralleta sonó con agresividad ,la sidra no espumaba.