Donde nada es visible se encontraba la gnoma de los árboles
Que nos hechizó con sus palmas abiertas y su sonrisa etrusca
Con sus rizos peligrosos verdes amarillos y rojos
Nos contó dos historias de miedo y una de risa que se convirtió en terrorífica
y termino paseándonos entre aquella maraña de ramas con olor a caracolas.
De repente despertamos y todo era mentira .