El cielo gris plomizo con gana de descarga
esos miles de ojos en sus pequeños cubículos
que nos acechan y nos acercan
y los tejados atiborrados de chimeneas achatadas
antenas rechistonas y
cagadas de pájaros de ciudad color“ blanco sucio”
casi artísticas
y gaviotas,
que gritan como si hubiera que salir corriendo.
Tejados que invitan.