domingo, 30 de noviembre de 2008

Reflexión espiritual 39. Los misterios.

Los dos misterios más próximos son el de la Santísima Trinidad y el de los calcetines que desaparecen en la lavadora. El primero es uno de los "misterios escondidos en Dios”según el Concilio Vaticano II. El de los calcetines que desaparecen en la lavadora es “misterio escondido en mi casa” que el entendimiento por sí solo no puede comprender ni penetrar , un misterio que se repite año tras año, mes a mes.

sábado, 29 de noviembre de 2008

"Génesis y Catástrofe" de Roald Dahl

-Todo va bien -decía el médico-. Ahora, recuéstese y relájese.Su voz sonaba a kilómetros de distancia y parecía que le estaba gritando.-Tiene usted un hijo.
-¿Cómo?
-Que tiene usted un hermoso hijo. Lo comprende, ¿verdad? Un hermoso niño. ¿Le ha oído llorar?
-¿Está bien, doctor?
-Claro que sí.
-Déjeme verlo, por favor.
-Lo verá usted en seguida.
-¿Está seguro de que se encuentra bien?
-Completamente seguro.
-¿Sigue llorando?
-Intente descansar. No debe preocuparse por nada.
-¿Por qué ha dejado de llorar, doctor? ¿Qué ha pasado?
-No se excite, por favor. Todo va bien.
-Quiero verle. Déjeme verle, se lo ruego.
-Querida señora -dijo el médico, dándole un golpecito en la mano-. Tiene usted un hermoso niño, fuerte y sano. ¿Es que no me cree?
-¿Qué está haciendo aquella mujer?
-Está poniendo guapo a su niño para que usted lo vea -dijo el doctor-. Sólo lo están lavando un poco. Tiene que darnos unos minutos.
-¿Me jura usted que está bien?
-Se lo juro. Ahora, recuéstese y relájese. Cierre los ojos. Eso es. Así está mejor. Buena chica...
-He rezado sin parar para que viva, doctor.
-¡Claro que vivirá! ¿De qué está usted hablando?
-Los otros no vivieron.
-¿Cómo?
-Ninguno de mis otros hijos ha sobrevivido, doctor.

El médico estaba al lado de la cama, mirando la cara pálida y exhausta de la joven. No la había visto hasta entonces. Ella y su esposo eran nuevos en la ciudad. La dueña de la fonda, que había ido a ayudar en el parto, le había dicho que el marido trabajaba en la aduana, en la frontera, y que habían llegado a la fonda sin avisar, hacía tres meses, con un baúl y una maleta. El marido era un borracho, según la dueña de la fonda; un borrachuzo chulo, arrogante y tiránico, pero la joven era amable y religiosa. Y estaba siempre muy triste. Nunca sonreía. En las pocas semanas que llevaban allí, la dueña de la fonda no la había visto sonreír ni una sola vez. También corría el rumor de que era el tercer matrimonio del marido, que su primera esposa había muerto y que la otra se había divorciado de él por razones bastante deshonrosas. Pero era sólo un rumor.

El médico se inclinó y tiró de la sábana para tapar el pecho de la paciente. -No debe preocuparse por nada -dijo amablemente-. Es un niño absolutamente normal.

-Eso mismo me dijeron de los otros. Pero los perdí a todos, doctor. En los últimos dieciocho meses he perdido a mis tres hijos, así que no puede usted reprocharme que esté preocupada.
-¿Tres?
-Éste es el cuarto... en cuatro años.

El médico movió, incómodo, los pies sobre el suelo desnudo.

-Doctor, no creo que sepa usted lo que supone perderlos a todos, a los tres, lentamente, uno a uno. Aún los estoy viendo. En este momento veo la cara de Gustavo tan claramente como si estuviera aquí, en la cama, a mi lado. Gustavo era un niño precioso, doctor, pero siempre estaba enfermo. Es terrible que siempre estén enfermos y no se pueda hacer nada para ayudarles.
-Sí, lo comprendo.

La mujer abrió los ojos, miró fijamente al médico unos segundos y los volvió a cerrar:

-La niña se llamaba Ida. Murió unos días antes de Navidad, hace sólo cuatro meses. Me gustaría que hubiera visto a Ida, doctor.
-Ahora tiene usted otro hijo.
-Pero Ida era tan guapa...
-Sí -dijo el médico-. Lo sé.
-¿Cómo puede usted saberlo? -exclamó.
-Estoy seguro de que era una niña preciosa, pero éste también lo es.

El doctor se separó de la cama, se dio la vuelta, fue hasta la ventana y se quedó mirando afuera. Era una tarde de abril, lluviosa y gris, y en la acera de enfrente vio los techos rojos de las casas y las enormes gotas de agua que se aplastaban contra las tejas.

-Ida tenía dos años, doctor... Era tan guapa que no podía dejar de mirarla, desde que la vestía por la mañana hasta que la acostaba por la noche. Entonces vivía aterrorizada de que le ocurriese algo a aquella criatura. Gustavo había muerto, y también el pequeño Otto; ella era lo único que me quedaba. A veces me levantaba por la noche, iba de puntillas hasta la cuna y le ponía el oído junto a la boca para comprobar que respiraba.

-Intente descansar -dijo el médico, volviendo a acercarse a la cama-. Por favor, intente descansar.

El rostro de la mujer estaba blanco y exangüe, con un ligero tinte gris azulado en torno a la nariz y la boca. Unos mechones de pelo húmedo le caían sobre la frente y se le pegaban a la piel.

-Cuando murió... Ya estaba embarazada otra vez cuando ocurrió aquello, doctor. Estaba de cuatro meses cuando murió Ida. «¡No lo quiero!», gritaba después del funeral. «¡No quiero tenerlo! ¡Ya he enterrado bastantes hijos!» Y mi marido... se paseaba entre los asistentes con un gran vaso de cerveza en la mano... Se volvió hacia mí y me dijo: «Tengo buenas noticias para ti, Clara, buenas noticias.» ¿Se lo imagina usted, doctor? Acabábamos de enterrar a nuestro tercer hijo y él, tan tranquilo, con un vaso de cerveza en la mano, me dice que tiene buenas noticias. «Hoy me han destinado a Brunau, así que ya puedes hacer el equipaje. Así empezarás desde cero, Clara. Es un sitio nuevo, y tendrás otro médico...»
-No hable usted más, se lo ruego.
-Usted es el médico nuevo, ¿no doctor?
-Sí.
-Y estamos en Brunau.
-Sí.
-Estoy asustada, doctor.
-Intente tranquilizarse.
-¿Qué posibilidades tiene el cuarto?
-Tiene usted que dejar de pensar en esas cosas.
-No lo puedo remediar. Estoy segura de que es algo hereditario, que hace que mis niños se mueran de ese modo. Tiene que ser eso.
-No diga tonterías.
-¿Sabe usted lo que me dijo mi marido cuando nació Otto, doctor? Entró en la habitación, miró la cuna en la que estaba el niño y dijo: «¿Por qué todos mis hijos tienen que ser tan pequeños y débiles?»
-Estoy seguro de que no dijo eso.
-Metió la cabeza en la cuna de Otto, como si estuviese examinando un insecto, y dijo: «Lo único que quiero saber es por qué no pueden ser mejores ejemplares. Es lo único que quiero saber.» Y tres días después Otto había muerto. Le bautizamos rápidamente. Y luego murió Gustavo. Y después Ida. Todos murieron, doctor..., y la casa se quedó vacía de repente.
-No piense ahora en eso.
-¿Éste es igual de pequeño?
-Es un niño normal.
-¿Pero pequeño?
-Un poco, sí, pero a veces los pequeños son mucho más fuertes que los grandes. Imagíneselo, señora Hitler, el año que viene por estas fechas estará casi aprendiendo a andar. ¿No es una idea maravillosa?

La mujer no contestó.

-Y dentro de dos años probablemente hablará por los codos y la volverá loca con su parloteo. ¿Ha decidido ya qué nombre ponerle?
-¿El nombre?
-Claro.
-No sé. No estoy segura. Creo que mi marido dijo que si era niño le pondríamos Adolfo.
-Entonces le llamarán Adolfo.
-Sí. A mi marido le gusta ese nombre porque se parece un poco a Alois. Él se llama Alois.
-Estupendo.
-¡Oh, no!- exclamó, incorporándose bruscamente sobre la almohada-. ¡Es lo mismo que me preguntaron cuando nació Otto! ¡Eso significa que se va a morir! ¿Quieren bautizarlo inmediatamente?
-Vamos, vamos- dijo el médico cogiéndola suavemente por los hombros-. Está usted completamente equivocada. Es que soy un viejo curioso, pero nada más. Me gusta hablar de nombres. Me parece que Adolfo es un nombre muy bonito, uno de mis favoritos. Mire, aquí le tenemos.

La dueña de la fonda, con el niño apretado contra su enorme pecho, atravesó majestuosamente la habitación y llegó hasta la cama.

-¡Aquí tiene a esta hermosura! -exclamó rebosante de alegría-. ¿Quiere usted cogerlo? ¿Se lo pongo a su lado?
-¿Está bien abrigado? -preguntó el médico-. Aquí hace muchísimo frío.
-Claro que está bien abrigado.

El bebé iba apretadamente envuelto en un chal de lana blanca, del que sólo sobresalía la cabecita sonrosada. La dueña de la fonda lo colocó con cuidado en la cama, al lado de la madre.

-Bueno, aquí lo tiene -dijo-. Ahora puede mirarlo todo lo que quiera.
-Creo que le gustará -dijo el médico, sonriendo-. Es un niño muy hermoso.
-¡Tiene unas manos preciosas! -exclamó la dueña de la fonda-. ¡Qué dedos tan largos y delicados!

La madre no se movió. Ni siquiera volvió la cabeza para mirar.

-¡Vamos!-exclamó la dueña de la fonda-.¡No le va a morder!
-Me da miedo mirar. No me atrevo a creer que tengo otro niño y que está bien.
-No sea usted tonta.

Muy despacio, la madre volvió la cabeza y miró la carita increíblemente serena que reposaba en la almohada, a su lado.

-¿Es éste mi niño?
-¡Claro!
-¡Pero..., pero si es muy guapo!

El médico se dio la vuelta, fue hasta la mesa y empezó a guardar sus cosas en el maletín. La madre, tumbada en la cama, miraba al niño, le sonreía, le tocaba y emitía ruiditos de contento.

-¡Hola, Adolfo! -susurraba-. ¡Hola, Adolfito mío...!
-¡Chiss!-dijo la dueña de la fonda-.¡Escuche! Creo que llega su marido.

El médico se dirigió a la puerta, la abrió y miró al pasillo.

-¿Señor Hitler?
-Sí, soy yo.
-Entre usted, por favor.

Un hombre bajo, de uniforme verde oscuro, entró en la habitación sin hacer ruido y miró a su alrededor.

-Le felicito-dijo el médico-. Tiene usted un hijo.

Aquel hombre llevaba bigote y unas patillas enormes, meticulosamente recortadas al estilo del emperador Francisco José, y apestaba a cerveza.

-¿Un hijo?
-Sí.
-¿Cómo está?
-Muy bien. Y su esposa también.
-Estupendo.

El padre se dio la vuelta y, con un andar curiosamente saltarín, se acercó a la cama en la que descansaba su mujer.

-Vamos a ver, Clara -dijo, sonriendo bajo el bigote-. ¿Qué tal ha ido todo?

Se inclinó para mirar al niño y siguió inclinándose con una serie de movimientos sincopados, hasta que su cara quedó a unos cuarenta centímetros de la cabeza de la criatura. La mujer estaba tumbada de lado, apoyada en la almohada, y lo observaba con una mirada suplicante.

-Tiene unos pulmones fantásticos -le hizo saber la dueña de la fonda-. Tendría usted que haberle oído gritar nada más llegar al mundo.
-Pero, por Dios, Clara...
-¿Qué pasa, cariño?
-¡Que éste es aún más pequeño que Otto!

El doctor dio rápidamente unos pasos hacia adelante.
-Este niño no tiene absolutamente nada anormal- dijo.

El marido se enderezó despacio, se separó de la cama y miró al médico. Parecía herido y desconcertado.

-No sirve de nada mentir, doctor -dijo-. Yo sé lo que pasa. Será lo de siempre.
-Haga el favor de escucharme -replicó el médico.
-¿Pero sabe usted lo que ocurrió con los otros, doctor?
-Tiene que olvidarse de los otros. Concédale a éste una oportunidad.
-¡Pero es tan pequeño y tan débil!
-¡Mire usted, señor mío, no es más que un recién nacido!
-Aun así...
-¿Qué es lo que quiere hacer? -gimió la dueña de la fonda-. ¿Cavarle la tumba?
-¡Basta ya!- exclamó el médico con brusquedad.

En aquel momento la madre se echó a llorar. Fuertes sollozos le sacudían el cuerpo. El doctor se acercó al marido y le puso una mano en el hombro.

-Sea bueno con ella, se lo ruego -susurró-. Es muy importante.

Apretó el hombro del marido con más fuerza y lo empujó disimuladamente hacia el borde de la cama. El marido dudaba. El médico apretó aún más, mientras le hacía gestos apremiantes con la mano. Por fin, el marido se agachó de mala gana y besó ligeramente a su mujer en la mejilla.

-Vamos, Clara -dijo-, deja de llorar.
-He rezado tanto para que viva, Alois...
-Ya.
-Durante meses he ido todos los días a la iglesia para pedir de rodillas que éste pueda vivir.
-Sí, Clara, ya lo sé.
-Tres hijos muertos es lo máximo que puedo soportar. ¿No te das cuenta?
-Sí.
-Tiene que vivir, Alois. Tiene que hacerlo. ¡Oh, Dios mío, ten misericordia de él!

El cinismo de los desmemoriados

El nazi apodado “El carnicero” contestaba a sus victimas en el juicio :
”Yo no me acuerdo de nada. Si se acuerdan ustedes el problema es de ustedes”.
“Soy padre de un hijo de 20 años, secuestrado, torturado, asesinado en 1976”.”Soy suegro de su esposa, secuestrada cuando tenía 19 años, trasladada de Buenos Aires a Montevideo encinta de ocho meses y medio y asesinada por la dictadura militar uruguaya dos meses después de dar a luz”.”Soy abuelo de una nieta de la que me robaron sus primeros 23 años de vida”.
El poeta Gelman sí lo recuerda.”Se van los dictadores y llegan los organizadores del olvido”.Entre los guardianes del olvido el poeta aludió a los militares que mantienen un pacto de silencio, a los policias que facilitan la huida o queman archivos y a la jerarquía de la Iglesia católica que custodia archivos que ayudarían a rescatar restos de desaparecidos.Los defensores del olvido olvidan que recordar nos hace humanos.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Muñecos de Juanjo :Aladeuna

Reflexión espiritual 38.Se estropeó la caldera.

Llamaron al timbre.Tosía. En estado penoso, puse una camiseta curiosa y me miré al espejo con lástima, serían las 10 de la mañana y no había ido a trabajar. Era el técnico, un joven hombre impecablemente vestido de azul marino, con pantalones llenos de bolsos útiles donde colgar herramientas y mirada prudente.
-Buenos días.
-¿Desde cuándo sale agua?-Se avecinaba un interrogatorio.
-Desde ayer, no estoy segura.
-La veo muy mal-No sabía si hablaba de la caldera o de mí misma.
-¿Pero tendrá arreglo?-dije con palpitaciones.
-Veremos.
-El problema está en el tubo, hay que picar para que no entre agua y dejarlo en posición ladeada.
-¿Y eso lo puede hacer usted mismo?
-No señora, yo arreglo la caldera.
Pensé en lo que me costaría que algún acróbata se deslizara por la pared del edificio para colocar un tubo exterior, pero me tranquilizó.
-Lo puede hacer desde dentro, pica la pared , una rebaja lateral y lo coloca , lo refuerza bien y está. Pero fíjese que está oxidada.
-¿Es casi nueva? –dije con mirada suplicante.
-El agua y la electrónica se llevan mal -dijo lapidario.
-Son 150 euros. Le recomiendo que se asegure. Al año son 72 ,07 euros y tiene derecho a la revisión y a la salida y…
Con la neurona que me funcionaba abrí el grifo y disfruté de una ducha caliente, mientras pensaba en los 120 euros que podrían ser 150 si no nos hubiésemos asociado a sabe dios qué, y seguí tosiendo.

Reflexión espiritual 37

No puedo con mi alma.

martes, 25 de noviembre de 2008

Labores Zen 1. Fregar los platos.

Busca un lugar silencioso y solitario, escoge a ser posible que el grifo del fregadero esté justo debajo de una ventana que de al verde campo , si no fuera así visualízalo mientras los cacharros en su posición de descanso se preparan para el baño matutino.
Evita las molestias de la temperatura extrema y si no funciona el calentador concéntrate en el sol y siente su poder .
Evita cualquier prenda de ropa que pueda oprimirte, un mandil sería perfecto. Si te apetece dejarlo todo y tumbarte , no lo hagas , espera el momento mágico en que el fairy se desliza sobre el estropajo manteniendo la fe en lo que haces ,y extiende los brazos con júbilo en ese suave vaivén jabonoso de rasca y rasca . Abre el grifo para disfrutar lentamente del momento culminante del aclarado.
Entonces ,cierra los ojos sin apretar demasiado los párpados y quédate totalmente inmóvil sintiendo el elemento agua entre tus dedos, aleja la tensión de tu vida y visualiza la contemplación de una hermosa puesta de sol desde una verde colina o tumbada sobre la limpia arena de una playa recibiendo la brisa del mar y el murmullo de las olas y acaricia lentamente esa pota quemada que se resiste a ceder . Una vez lapidada por las cálidas burbujas del detergente en comunión con la fuerza del Scott Brite inspira por la nariz lenta y profundamente contando hasta cinco ,mientras el resplandor de los tenedores y las cucharas te ciega los ojos.
Para sentir la plenitud repítelo por lo menos dos veces al día.

Juan Goytisolo

“El día en que todo haya sido olvidado y nuestros huesos se pudran lejos tal vez el uno del otro, nuestro amor parecerá todavía indispensable y justo frente al azar y la gratuidad de los otros, fortuitos siempre, eventuales, imprevistos, absurdos, a merced de la suerte, arbitrarios, inútiles, siempre aleatorios”

“Señas de identidad”

lunes, 24 de noviembre de 2008

Reflexión espiritual 35.Madres culpables.

La culpa es una cosa que se te mete en el alma y no te deja dormir, te puede acompañar de amigo invisible durante toda tu existencia o recordarla con humor de vez en cuando. las pequeñas culpas de guardar el chocolate , llegar tarde ,perder el trabajo, aquella paella que salió rara , engordar 10 kilos con los polvorones, no arreglar la estantería, ni fregar los platos ni limpiar los cristales en un año son pecata minuta.
La culpa en mayúscula aparece cuando tienes hijos . Cuando esos seres maravillosos que alegran tu vida y la llenan de cosas aparecen físicamente con su cabeza tronco extremidades y neuras , ahí empieza de verdad la culpa . Una madre normal con el instinto justo ,puede sentirse culpable del catarro , de una mala coordinación ojos - manos, de que les falte una uña, de la meningitis que casi los mata, culpable de que coman mucho o poco, de que se sientan tristes, de comprar leche sin calcio,de que no consigan sus sueños , de que no vayan con los deberes limpios y lleguen a la hora, de que no estudien y crezcan libres como el agua que corre o de que se queden en casa hasta los cuarenta.
Esta reflexión viene a cuento por la noticia del autobús que está funcionando en Londres para visualizar a los ateos y darse cuenta de lo pacíficos que fueron toda la vida sin creer en Dios. Recordé aquella losa que me regaló esa carne de mi carne una tarde de invierno ,cuando llegó triste del colegio con aquello de :
-¿Por qué me dijiste que el hombre viene del mono? Todos se rieron de mí en clase.

sábado, 22 de noviembre de 2008

"Pequeño vals vienés", Federico García Lorca y Leonard Cohen



En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.

"Me lo decía mi abuelito" de José Agustín Goytisolo




Me lo decía mi abuelito,
me lo decía mi papá,
me lo dijeron muchas veces
y lo olvidaba muchas más.

Trabaja niño no te pienses
que sin dinero vivirás.
Junta el esfuerzo y el ahorro
ábrete paso, ya verás,
como la vida te depara
buenos momentos. Te alzarás
sobre los pobres y mezquinos
que no han sabido descollar.

Me lo decía mi abuelito
me lo decía mi papá
me lo dijeron muchas veces
y lo olvidaba muchas más.

La vida es lucha despiadada
nadie te ayuda, así, no más,
y si tú solo no adelantas,
te irán dejando, atrás, atrás.
¡Anda muchacho y dale duro!
La tierra toda, el sol y el mar,
son para aquellos que han sabido
sentarse sobre los demás.

Me lo decía mi abuelito
me lo decía mi papá
me lo dijeron muchas veces
y lo he olvidado siempre más.
. . .
José Agustín Goytisolo (1928-1999)

Paco Ibañez y Gabriel Celaya



LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

"Del rigor en la ciencia", Jorge Luis Borges

En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el Mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el Tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los Desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.
Suárez Miranda: Viajes de varones prudentes,
libro cuarto, cap. XLV, Lérida, 1658.

El 20 de noviembre matan a Durruti



"La diferencia que existe entre un militar que manda y un revolucionario que dirige, reside en que el primero se impone por la fuerza, mientras que el segundo no dispone de más autoridad que la que se deriva de su propia conducta"
Dos millones de anarquistas.1936.

jueves, 20 de noviembre de 2008

lunes, 17 de noviembre de 2008

Cuando la saliva no resbala

(A Claudio)

Esa noche te vi entre la nieve
reanimando el cuerpo muerto de tu compañero
en esa naturaleza blanca que no perdona el olvido de un arnés .
Convirtiendo la luna llena
en silencio perpetuo

en mirada lenta.


16 de noviembre de 2008

domingo, 16 de noviembre de 2008

El Capitán Hipoteca

Como estafar 492.000 euros a quienes más nos roban
escrito por Capitán Hipoteca
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Que la base del negocio de los bancos es la estafa no lo duda nadie, que a través de las distintas formas de crédito, especialmente las hipotecas, se han enriquecido de forma infame, es también conocido. Por eso, cobra especial relevancia este acto de desobediencia al sistema bancario que Enric Durán hizo público ayer.

La estrategia, desarrollada a lo largo de 2 años, ha consistido básicamente en la utilización de las reglas bancarias para conseguir préstamos de distintos bancos sin que estos se enteraran entre sí, tal y como nos cuenta, sin grandes pretensiones (un coche, una reforma en casa y en ocasiones a través de una empresa ficticia), en total con los intereses de demora la suma alcanza los 500.000€ , todo ese dinero irá destinado a distintos movimientos sociales e iniciativas, entre ellas, la publicación de un único número de la revista crisis donde relata, entre otros artículos, como realizó este acto de justicia. : La revista Crisi en castellano



He “robado” 492.000 euros a quienes más nos roban para denunciarlos y construir alternativas de sociedad.
Escribo en estas páginas para hacer público que he expropiado 492.000 euros a 39 entidades bancarias a través de 68 operaciones de crédito. Si incluimos los intereses de demora, la cifra actual de la deuda es de más de 500.000 euros que no pagaré.

Schopenhauer "el alegre"

La vida es voluntad, la voluntad esfuerzo, el esfuerzo es producto de la necesidad y produce la satisfacción, pero la satisfacción es breve, renacen los deseos y de este modo se perpetúa hasta lo infinito la cadena del mal.
"Todos hemos nacido en Arcadia, es decir que entramos en el mundo con muchas exigencias de felicidad y goce y conservamos la necia esperanza de realizarlas hasta que el destino nos agarra rudamente y nos muestra que nada es nuestro y que todo es suyo (…) Después viene la experiencia y nos enseña que la felicidad y el placer son puras quimeras que se nos muestran a lo lejos como una imagen engañosa, mientras que el sufrimiento y el dolor son reales, se manifiestan inmediatamente por sí mismos sin necesitar la ilusión o la expectación. Si aprendemos de su enseñanza, dejamos de perseguir la felicidad y el placer y sólo procuramos evitar en lo posible el dolor y el sufrimiento.”
"incluso en el caso de enamoramiento objetivo y por muy sublime que la admiración pueda parecer, a lo único que tiende es a la generación de un individuo...

viernes, 14 de noviembre de 2008

Reflexión espiritual 34. Efecto Obama

Desde el 4 de noviembre los asturianos parecemos más negros y los norteamericanos mejores personas.

martes, 11 de noviembre de 2008

Despedida de Dialogos Tres


Mary Black - No Frontiers

Y si la vida es un bar en el que debemos esperar
Donde cantamos hasta el amanecer nuestros temores y destinos
Y apilamos todas las muertes humanas en cajones clasificados…

El cielo no conoce fronteras,
Y lo he visto en tus ojos
El cielo no conoce fronteras...


Mary Black - No Frontiers

El magacín cultural La Libélula recoge el testigo de Diálogos 3, un recorrido sin fronteras por los más variados estilos, desde la new age, a los sonidos celtas, pasando por lo étnico. El espacio, pilotado por Ramón Trecet, bajó el telón el viernes pasado después de 34 años.

EL PAÍS.
31 de octubre de 2008

El mar

Reflexión espiritual 33. La visita al ginecólogo.

En la vida de las mujeres y los hombres debe haber sofocos, colesterol y tensión entre los 20 y los 50 pero como tenemos la cabeza en el trabajo ,los hijos, la música, los cristales, la estantería ,las oposiciones y las facturas ,casi no te enteras hasta que llegan los 50, que es la edad de los análisis , las revisiones y ponerse aparatos en el cuerpo para medir cosas .
¿Por qué? Porque la gente empieza a morirse y tienes miedo : miedo al cáncer , a la depresión , a que te de algo , a perder la memoria, el dinero, miedo a los sofocos, el colesterol, la tensión , los estrógenos y al ginecólogo .
Esta etapa misteriosa de los 50 que durante siglos pasó sin pena ni gloria, ahora tiene nombre y apellido. Se llama menopausia que podía venir de “vamos a hacerlo todo más lento pa que nos preste”, pero viene del griego ‘Men’, que significa mes, y ‘Pausis’, que significa desaparición y que los que saben, pueden confundir con el climaterio, que proviene del griego ‘Klimater’ (Grado o escalera), y ‘Thero’ (animal), “animal de escalera” donde desaparece todo. A su vez El climaterio, que se inicia alrededor de los 45 años y finaliza a los 65, está formada por tres fases: premenopausia que dura de dos a ocho años, perimenopausia dura como mínimo hasta el primer año siguiente a la retirada de la menstruación y posmenopausa que se inicia al año de la última menstruación o menopausia y finaliza en la senectud.
Resumiento,una vez que te pones a sudar como un pollo por las noches provocando la congelación del compañero y estás al día en cambios de humor, insomnio y parestesias, que no sé lo que es, ni lo pienso buscar, vienen las revisiones y las visitas al ginecólogo; un señor o señora de bata blanca con ayudante al lado de bata blanca, una sonrisa y una cortina al lado.
Previamente en la sala de espera , las mujeres y algún marido desencajado pasa el tiempo leyendo todos los folletos del mundo mientras se da un repaso a la vida , a ver si mereció la pena . Entonces La enfermera te nombra y entras con la tensión en 18 y una sonrisa tipo “la duquesa de Alba”. Mientras revisa papeles y placas entabla una conversación que podría ser agradable si no existiera la cortina detrás de la nuca. Amablemente pregunta fechas y síntomas, dudas hasta del nombre que te pusieron al nacer y pasas al “cuartín” a poner la bata que no estás segura del lado que abre.
Sales y miras aquella cosa llamada silla que los productores de”Terminator" utilizaron en todas las películas de terror y te sientas como si nada.
La conversación sigue sin hilo, pero sigue. Hay un momento que alguien dicen : “Ahora relájate” donde la tensión sube a 24 , pero intuyes que falta poco. Ya está, te levantas sintiéndote como Santa Brígida cuando la cogió el toro, y pasas a un estado donde recuerdas cómo te llamas, el nombre de tus hijos y los chorizos que necesitas comprar para hacer las lentejas.
Vas a tu casa y esperas un mes por los resultados reflexionando sobre la vida y la muerte en los descansos de la película, hasta que un día te levantas por la mañana y decides que “vaya a freír morcillas” todo lo que te da miedo , que según Freud es un mecanismo de defensa y así hasta la revisión del año que viene, si todo va bien.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Los amos del mundo (Arturo Pérez-Reverte) publicado en 'El Semanal' el 15 de noviembre de 1998

Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos.
Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.
Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un master en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.

Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.

Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.

Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.

Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.

Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

Canción del pirata

A Pirate Looks At 40


Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Espronceda

Espronceda

Canto a Teresa
(Fragmento)

¿POR QUÉ volvéis a la memoria mía
tristes recuerdos del placer perdido,
a aumentar la ansiedad y la agonía
de este desierto corazón herido?
¡Ay!, que de aquellas horas de alegría
le quedó al corazón sólo un gemido
y el llanto que al dolor los ojos niegan,
¡lágrimas son de hiel que al alma anegan!

¿Dónde volaron ¡ay! aquellas horas
de juventud, de amor y de aventura,
regaladas de músicas sonoras,
adornadas de luz y de hermosura?
Imágenes de oro bullidoras,
sus alas de carmín y nieve pura,
al sol de mi esperanza desplegando,
posaban ¡ay! a mi alredor cantando

¡Oh Teresa! ¡Oh dolor! Lágrimas mías,
¡ah!, ¡dónde estáis que no corréis a mares!
¿Por qué, por qué como en mejores días
no consoláis vosotras mis pesares?
¡Oh! los que no sabéis las agonías
de un corazón, que penas a millares
¡ay! desgarraron, y que ya no llora,
¡piedad tened de mi tormento ahora!

¡Oh!, ¡dichosos mil veces! sí, dichosos,
los que podéis llorar ¡y ¡ay! sin ventura
de mí, que entre suspiros angustiosos,
ahogar me siento en mi infernal tortura!
¡Retuércese entre nudos dolorosos
mi corazón, gimiendo de amargura...!
También tu corazón hecho pavesa,
¡ay!, llegó a no llorar, ¡pobre Teresa!
tanto inocente amor, tanta alegría,
tantas delicias y delirio tanto?
¿Quién pensara jamás llegase un día,
en que perdido el celestial encanto,
y caída la venda de los ojos,
cuanto diera placer causara enojos?
.................................
¡Pobre Teresa!, ¡al recordarte siento
un pesar tan intenso…! Embarga impío
mi quebrantada voz mi sentimiento,
y suspira tu nombre el labio mío:
para allí su carrera el pensamiento,
hiela mi corazón punzante frío,
ante mis ojos la funesta losa,
donde vil polvo tu beldad reposa.
............................
¡Oh! ¡cruel! ¡muy cruel...! ¡Ah! yo entretanto
dentro del pecho mi dolor oculto,
enjugo de mis párpados el llanto
y doy al mundo el exigido culto:
yo escondo con vergüenza mi quebranto,
mi propia pena con mi risa insulto,
y me divierto en arrancar del pecho
mi mismo corazón, pedazos hecho.

Gocemos si; la cristalina esfera
gira bañada en luz: ¡bella es la vida!
¿Quién a parar alcanza la carrera
del mundo hermoso que al placer convida?
Brilla radiante el sol, la primavera

los campos pinta en la estación florida:
truéquese en risa mi dolor profundo...
¡Que haya un cadáver más qué importa al mundo!

sábado, 8 de noviembre de 2008

Educación

Perlas de Bachillerato y COU 2004


- Los egipcios transformaban los muertos en momias para que siguieran vivos...
- Los emperadores romanos organizaban combates de radiadores.. .
- César persiguió a los galos hasta Alesia, porque Vercingetórix seguía poseyendo la Galia…
- Clovis murió al final de su vida...
- Carlomagno se hizo castrar en el año 800...
- Cuando los campesinos habían pagado sus impuestos, se quedaban con un gran agujero en la bolsa…
- La mortalidad infantil era muy elevada, excepto entre los ancianos... - Los niños nacían a menudo a edad temprana…
- El armisticio es una guerra que se termina todos los años el 11 de septiembre.. .
- Las nubes con mayor carga de lluvia son los gruesos cunilíngüis...
- Los estadounidenses no van a misa a menudo porque los protestantes son muy católicos...
- China es el país más poblado con mil millones de habitantes por metro cuadrado...
- Para conservar mejor el hielo, hay que congelarlo.. .
- El paso del estado sólido al estado líquido se llama follifacción. ..
- Un kilo de mercurio pesa prácticamente una tonelada...
- La climatización es una calefacción fría con gas, aunque igual es lo contrario...
- Antiguamente, los chinos no tenían ordenadores y contaban con sus bolas...
- Las fábulas de La Fontaine son tan antiguas que se ignora el nombre del autor...
- Los franceses son buenos escritores porque ganan el premio Goncourt muy a menudo...
- Los pintores más famosos son Mickey Ángel y Leotardo Da Vinci...
- El perro, al menear el rabo, expresa sus sentimientos como lo hace el hombre...
- Los conejos tienen tendencia a reproducirse a la velocidad del sonido...
- Para hacer huevos, la gallina debe ser fermentada por un gallo...
- Gracias a la estructura de su ojo, el águila puede leer un periódico a 1400 metros...
- Los calamares gigantes agarran a sus presas entre sus gigantescos testículos...
- Los caracoles son todos homosexuales. ..
- La alcachofa contiene hojas y pelos tupidos en la parte de atrás...
- El cerebro de las mujeres se llama cerebelo...
- Después de un accidente de coche puedes quedarte minusválido del motor

viernes, 7 de noviembre de 2008

El camello, el león y el niño.

El miedo a crecer esconde, de hecho, miedo a la soledad, miedo a ver y no ser visto, a comprender y no ser comprendido, a la lucidez y a su mayor capacidad para percibir las sombras, a la consiguiente des-ilusión —como la que trae consigo el descubrimiento de que el cómplice en la debilidad no es el verdadero amigo. El león no vive de ilusiones.
El camello no puede negar, no puede criticar; a eso denomina su “bondad”. No critica porque en su debilidad es incapaz de tolerar la crítica (quiere ser perfecto ante los demás), y cree que los demás son tan débiles y susceptibles como él. No da lo que no querría ni podría recibir. El león es más honesto; admite la crítica porque es capaz del “no”; no teme la divergencia o el enfrentamiento si ése es el precio de su autoafirmación, y cree que el otro es tan digno y fuerte como él para preferir la crítica sincera a la tibia alabanza. El niño, de nuevo, está más allá de ese dilema: sabe que, en último término, en su más íntima verdad, nada es correcto o incorrecto; sencillamente, es. Y porque es, está bien. ¿Por qué alabar una cosa frente a otra? En todo caso, habría que alabar la totalidad de la existencia indivisible. ¿Por qué rechazar una cosa frente a otra, si todo lo que es forma parte indisociable de la unidad de la vida? ¿Con qué medidas o criterios juzgar el todo, si el todo no deja nada fuera de sí?

Friedrich Nietzsche

martes, 4 de noviembre de 2008

lunes, 3 de noviembre de 2008

Reflexión espiritual 32

Llegaron los polvorones.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Karl Popper y el conocimiento de la ignorancia

la nueva ética profesional que propongo aquí se base en los doce principios siguientes:


(a) Nuestro conocimiento objetivo conjetural continúa superando con diferencia lo que el individuo puede abarcar. Por consiguiente: no hay autoridades. Esta importante conclusión también se puede aplicar a materias especializadas y a campos específicos de investigación.


(b) Es imposible evitar todos los errores, e incluso todos aquellos que, en sí mismos, son evitables. Todos los científicos cometen equivocaciones continuamente. Hay que revisar la antigua idea de que se pueden evitar los errores y que, por tanto, existe la obligación de evitarlos: la idea en sí encierra un error.


(c) Por supuesto, sigue siendo nuestro deber hacer todo lo posible para evitar errores. Pero precisamente para evitarlos debemos ser conscientes, sobre todo, de la dificultad que esto encierra y del hecho de que nadie logra evitarlos.


(d) Los errores pueden estar ocultos al conocimiento de todos incluso en nuestras teorías mejor comprobadas; así, la tarea específica del científico es buscar tales errores. Descubrir que una teoría bien contrastada, o que una técnica usual práctica son erróneas, podría ser un descubrimiento de máxima importancia.


(e) Por lo tanto, tenemos que cambiar nuestra actitud hacia nuestros errores. Es aquí donde hay que empezar nuestra reforma práctica de la ética. Porque la actitud de la antigua ética profesional nos obliga a tapar nuestros errores, a mantenerlos secretos y a olvidarnos de ellos tan pronto como sea posible.

(f) El nuevo principio básico es que para evitar equivocarnos, debemos aprender de nuestros propios errores. Intentar ocultar la existencia de errores es el pecado más grande que existe.


(g) Tenemos que estar continuamente al acecho para detectar errores, especialmente los propios, con la esperanza de ser los primeros en hacerlo. Una vez detectados, debemos estar seguros de recordarlos, examinarlos desde todos los puntos de vista para descubrir por qué se cometió el error.


(h) Es parte de nuestra tarea el tener y ejercer una actitud autocrítica, franca y honesta hacia nosotros mismos.


(i) Puesto que debemos aprender de nuestros errores, asimismo debemos aprender a aceptarlos incluso con gratitud, cuando nos los señalan los demás. Y cuando llamamos la atención a otros sobre sus errores deberíamos siempre tener en cuenta que los científicos más grandes los han cometido.



(j) Tenemos que tener claro en nuestra propia mente que necesitamos a los demás para descubrir y corregir nuestros errores (de la misma manera en que los demás nos necesitan a nosotros) y, sobre todo, necesitamos a gente que se haya educado con diferentes ideas en un mundo cultural distinto. Así se logra tolerancia.


(k) Debemos aprender que la autocrítica es la mejor crítica, pero que la crítica de los demás es una necesidad. Tiene casi la misma importancia que la autocrítica.


(l) La crítica racional y no personal (u objetiva) debería ser siempre específica: hay que alegar razones específicas cuando una afirmación específica, o una hipótesis específica, o un argumento específico nos parece falso o no válido. Hay que guiarse por la idea de acercamiento a la verdad objetiva. En este sentido, la crítica tiene que ser impersonal, pero debería ser a la vez benévola.



Conferencia con motivo del otorgamiento del doctor "Honoris causa" de la Universidad Complutense de Madrid - España.

sábado, 1 de noviembre de 2008

María Zambrano, Por qué se escribe

"Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.

Pero es una soledad que necesita ser defendida, que es lo mismo que necesitar de justificación. El escritor defiende su soledad, mostrando lo que en ella y únicamente en ella, encuentra."

Tenía 14 años

La joven acusada de adúltera y ejecutada por islamistas en Somalia tenía 14 años
LALI CAMBRA - Ciudad del Cabo - 01/11/2008

Ni era una mujer, ni tenía 24 años, ni era una adúltera. Si hay un país en el mundo en el que lo malo se convierte en peor, ése es y desde hace décadas, Somalia. Y la historia de Asha Ibrahim Dhuhulow, la supuesta mujer de 24 años lapidada en público el pasado lunes en la ciudad portuaria de Kismayo, es sólo un reflejo. Porque no era mujer, sino casi niña. Asha no tenía 24, sino 14 años. No había cometido adulterio. Había sido violada por tres hombres del clan más poderoso de la ciudad. Ayudados por el tribunal islámico impuesto por las milicias integristas de Al Shabab, la muerte a pedradas de la menor sirvió para borrar todo rastro del crimen.
Una hora antes de que la ejecutaran, Asha logró llamar a su padre
Padecía epilepsia y necesitaba ser tratada, pero la guerra la atrapó
Fue engañada por sus agresores y de denunciante pasó a denunciada
Algunos testigos intentaron ayudarla, pero abrieron fuego contra ellos.
Asha no sólo murió víctima. Nació víctima ya. En el campo de refugiados de Hagardeer, en el sur de Kenia, en 1995, donde su familia tuvo que refugiarse tres años antes, huyendo desde Mogadiscio de los ataques contra su clan, el de los Galgale, una minoría en Somalia. Fue la última en nacer, la decimotercera de seis hermanos y seis hermanas, según explicó Ibrahim Dhuhulow, el padre de la niña, por teléfono.
Con la voz quebrada, Dhuhulow relató que Asha, que acudía a la escuela en el campo de refugiados, padecía epilepsia, por lo que la familia decidió enviarla con su abuela en Mogadiscio, donde podría recibir mejor atención médica. Kismayo estaba en su camino. Pero no contaban con la sempiterna guerra. En agosto, las milicias integristas de Al Shebab se hicieron con el control de la ciudad. Asha, "una niña muy dulce, muy humilde", se quedó atrapada en Kismayo, donde pudo sobrevivir estos dos meses gracias a los conocidos que había hecho en el camino. El dinero para llegar a Mogadiscio se le acababa, según decía a su padre por teléfono. La noche del sábado, tres hombres se le acercaron y la obligaron a acompañarlos a la playa, donde la violaron.
Bajo consejo paterno, ella acudió a los tribunales y denunció a sus violadores, que fueron arrestados. Y aquí se inicia, según declaraciones de Ibrahim Dhuhulow, la serie de desatinos que acabarían con la niña atada y enterrada hasta el cuello, lista para la ejecución.
Una hora antes de que la ejecutaran, Asha logró llamar a su padre. "Me dijo: 'Papá, soy tu hija, me van a matar, por favor, diles que me perdonen'. Le pregunté quién la iba a matar y por qué alguien iba a hacer algo así. Me dijo que el hombre a su lado no le permitía decirme las razones. Le pedí hablar con el hombre. Le pregunté: '¿Quién eres tú?, ¿por qué vas a matar a mi hija?'. Me contestó que no me podía responder a eso, 'pero que sepas que tu hija va a ser lapidada en una hora'. Me desmayé".
De acuerdo con la reconstrucción que el padre y los conocidos de Asha en Kimbayo han podido ir haciendo de los hechos, los familiares de sus agresores la convencieron con buenas palabras para que acudiera al tribunal islámico, retirara su acusación y perdonara a los tres hombres. Le darían dinero y joyas. Ella accedió, pensando que podría llegar a Mogadiscio con el dinero. Mientras, los mismos familiares acusaron a Asha ante el Tribunal Islámico por extorsión. Cuando Asha, en su inocencia, retiró la denuncia, fue arrestada y acusada de adulterio, de mantener relaciones sexuales sin estar casada.
"No le preguntaron nada, no trataron de hablar con ella, ni siquiera la visitó un médico", asegura Hassan Shire Sheik, director del Proyecto de Defensa de los Derechos Humanos en el Este y en el Cuerno de África (EHAHRDP). "Se hacen llamar tribunales pero no tienen ningún conocimiento legal". Shire Sheik confirma las palabras del padre de Asha según las cuales la niña se quedó sin defensa alguna también por el carácter minoritario de su clan, que no posee armas.
Un millar de personas que se acercaron al estadio de fútbol de Kimbayo, a los que se les dijo que se iba a lapidar a una mujer de 34 años, prostituta, bígama, adúltera. Pero pudieron ver y oír a Asha antes de que le cubrieran la cabeza con un capuchón. Asha la niña protestaba su inocencia. Unos cuantos trataron de romper filas y acudir en su ayuda.
Los milicianos integristas abrieron fuego contra la multitud. Mataron a un niño. Otras seis personas resultaron heridas. Por ello, posteriormente, los islamistas se disculparon y aseguraron que buscarían a los responsables de los disparos. No por las piedras, transportadas hasta el estadio en un camión. Nadie más se atrevió a proteger a la pequeña. Cincuenta hombres rodearon a Asha, la cubrieron la cabeza en un capuchón sollozante, e iniciaron el lanzamiento de proyectiles.
Hasta tres veces tuvieron que interrumpir la ejecución para comprobar si la niña todavía vivía. "Mi niña iba a la escuela, mi niña iba a ver a su abuela, no sé qué tipo de ley permite matar a una niña de catorce años", se desespera Ibrahim Dhuhulow, que sabe que algunos testigos dicen que parecía que la niña tenía problemas mentales y le duele pensar que pudo haber tenido un ataque epiléptico sin ser asistida por nadie más que por sus verdugos.
No es, curiosamente, en el Corán donde se incluye a la lapidación como castigo. No hay ni una sola palabra sobre ello. Sí se recoge en la Biblia, en el Deuteronomio, heredada de la tradición judía y reservada, entre otra, a las adúlteras. "Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra", son palabras atribuidas a Jesús de Nazaret, ante el caso de una mujer adúltera a la que se quiere lapidar. Y es que los que tiraban la primera piedra eran los acusadores. Si se descubría -tarde- que el condenado era inocente, podían entonces culpar a los acusadores no sólo de perjurio, sino también de asesinato.
En África no son muchos los países en los que se practica. En Somalia, hasta el caso de Asha era inexistente. Sudán la incluye en su legislación, así como los estados del norte de Nigeria, donde la práctica de la Sharia entra en conflicto con el sistema legal del país federal. El Islam practicado en el norte de Nigeria viene patrocinado desde Arabia Saudí.
Ahí se han producido algunas de las condenas más famosas, como la de Safiya Hussaini, condenada a morir lapidada por adulterio en 2001. Pero Nigeria, a pesar de la fuerza del islamismo en el norte, fue sensible a las presiones internacionales y a las del Gobierno central, que lucha por ganar una imagen de control y respetabilidad. Al final, ni Safiya ni Amina Lawal, otra famosa víctima de la estricta aplicación de la Sharia, fueron lapidadas.
Irak practicaba esta forma de castigo, al igual que Irán. Este último suspendió los apedreamientos a muerte el pasado mes de agosto, después de que en 2002 decidiera aplicar una moratoria. Fue en Irán donde se recomendó que la piedra utilizada en las lapidaciones "no fuera demasiado grande como para matar inmediatamente, ni demasiado pequeña como para no considerarse piedra". Pakistán la sigue incluyendo en su código penal, aunque no se han documentado casos recientes. Los Emiratos Árabes y Arabia Saudí la siguen contemplando en su jurisprudencia.

Reflexión espiritual 31.Los principios

Hoy no sé si tengo principios. Ni principios ni finales.

Cuando pienso en alguien que tiene principios, pienso en un ser que lucha en batallas solidarias jugándose el pellejo y los garbanzos, pero yo nunca me vi en semejante estado. Puedo emocionarme con el bien y despreciar a los que lapidaron a esa niña somalí, votar a los que considero más honrados,puedo ver a los que tengo alrededor haciendo estupideces y aceptarlo porque están cerca y tienen buen fondo, si tengo el día lúcido puedo darme cuenta hasta de mis propias estupideces y reflexionar o enchufar la televisión para olvidar y aplicar la compasión conmigo misma, pero ¿Qué principios tengo? ¿Tengo algún principio? No hago daño , pero vete a saber.
Según Aristóteles se puede llegar a los principios por : intuición, abstracción, inducción , hábito y costumbre. Yo no estoy segura por donde llego.
En sentido ético o moral principio es aquel juicio práctico que deriva inmediatamente de la aceptación de un valor. Del valor más básico (el valor de toda vida humana, de todo ser humano, es decir, su dignidad humana), se deriva el principio primero y fundamental en el que se basan todos los demás: la actitud de respeto que merece por el mero hecho de pertenecer a la especie humana, es decir, por su dignidad humana.
Las Asociaciones de Estudios Bioéticos hablan de Principios derivados de la dignidad humana. El principio de respeto , evitar hacer daño, buscar el efecto beneficioso, la honestidad, y el beneficio para el mayor número posible de gente.
Me quedo con Demócrito:“si puedes ayuda”.

Liquidación

Lo he vendido todo
La gente subía cuatro pisos
llamaban al piso dos veces sin aliento
y me pagaban en la planta baja porque había vendido ya la mesa.
Mientras lo vendía todo
cinco calles más allá expropiaron pronombres posesivos
y serraron sus sombras a hombrecitos inofensivos las privadas.

Lo he vendido todo

A mi armario lo eche de casa
Dejé al descubierto mis camas
Y me eché al lado feliz.
Al final, lo había vendido todo.
Las camisas sin cuello ni esperanza
Los pantalones que sabían demasiado
Y a una costilla cruda y muy joven le regalé mi sartén
También la sal que me quedaba.

Günter Grass